CORAZÓN – PROBLEMAS CARDÍACOS
Frecuentemente, todas las enfermedades vinculadas con el Corazón se relacionan
con una falta de amor de mí, de mis familiares o de mi entorno.
El corazón simboliza el amor, la paz y la alegría de vivir; por lo tanto, los problemas cardíacos proceden frecuentemente de una carencia de amor, de una tristeza, emociones inhibidas que volverán en superficie incluso después de varios años. Mi corazón está endurecido por las heridas anteriores.
Creo sinceramente que la vida es difícil, estresante y que es una lucha de todos los instantes. Me siento frecuentemente en posición de supervivencia, en un estado en que pienso que sólo mi esfuerzo aportará algunos dividendos. Estoy inquieto, sobreexcitado, angustiado o demasiado frágil para conservar mi equilibrio emocional. Ahogo inconsciente mi niño interior y le impido expresar toda esta maravillosa alegría de vivir. El corazón está asociado a la glándula del timo; ésta que es responsable de la producción de las células –T del sistema inmunitario se debilita y resiste cada vez menos a las invasiones si vivo mucha ira, odio, frustración o rechazo de mí – mismo. El corazón necesita amor y paz. La vida está hecha para ser tomada con la actitud de un niño: apertura, alegría, curiosidad y entusiasmo. Incluso si tengo necesidades afectivas por colmar, intento quedar en un equilibrio armonioso, con una apertura del corazón suficiente como para apreciar cada gesto de mi existencia.
Acepto amarme más, quedarme abierto al amor por mí y los demás. Me divierto, me relajo, tomo el tiempo de ser. Dejo de “tomarme en serio”. Me siento libre de amar sin obligación, sabiendo que soy feliz a pesar de todo.
Existen varias expresiones para describir el corazón y sus diferentes estados: ser “sin corazón”, “tener corazón”, “escuchar su corazón”. Si alguien me hace la observación del tipo “no tienes corazón”, compruebo este mensaje que la vida me envía. Quizás es el signo de que tendría que cambiar algo. ¿Vivo un desequilibrio? ¿Tengo palpitaciones? ¿Estoy perturbado en el plano emocional? Poco importa la respuesta, no espero a estar enfermo para comprender y aceptar los cambios en mi vida. Me mantengo despierto, abro mi corazón a todo lo que es bueno para mí.
CORAZÓN – ANGINA DE PECHO
El corazón representa frecuentemente el motor o la máquina de mi sistema. Cuando doy demasiado amor (con una actitud de apego), puede que el corazón se canse de todas estas preocupaciones y que ya no sienta suficiente alegría en estas situaciones (de aquí el riego sanguíneo disminuido).
El corazón simboliza el amor, la paz y la alegría de vivir; por lo tanto, los problemas cardíacos proceden frecuentemente de una carencia de amor, de una tristeza, emociones inhibidas que volverán en superficie incluso después de varios años. Mi corazón está endurecido por las heridas anteriores.
Creo sinceramente que la vida es difícil, estresante y que es una lucha de todos los instantes. Me siento frecuentemente en posición de supervivencia, en un estado en que pienso que sólo mi esfuerzo aportará algunos dividendos. Estoy inquieto, sobreexcitado, angustiado o demasiado frágil para conservar mi equilibrio emocional. Ahogo inconsciente mi niño interior y le impido expresar toda esta maravillosa alegría de vivir. El corazón está asociado a la glándula del timo; ésta que es responsable de la producción de las células –T del sistema inmunitario se debilita y resiste cada vez menos a las invasiones si vivo mucha ira, odio, frustración o rechazo de mí – mismo. El corazón necesita amor y paz. La vida está hecha para ser tomada con la actitud de un niño: apertura, alegría, curiosidad y entusiasmo. Incluso si tengo necesidades afectivas por colmar, intento quedar en un equilibrio armonioso, con una apertura del corazón suficiente como para apreciar cada gesto de mi existencia.
Acepto amarme más, quedarme abierto al amor por mí y los demás. Me divierto, me relajo, tomo el tiempo de ser. Dejo de “tomarme en serio”. Me siento libre de amar sin obligación, sabiendo que soy feliz a pesar de todo.
Existen varias expresiones para describir el corazón y sus diferentes estados: ser “sin corazón”, “tener corazón”, “escuchar su corazón”. Si alguien me hace la observación del tipo “no tienes corazón”, compruebo este mensaje que la vida me envía. Quizás es el signo de que tendría que cambiar algo. ¿Vivo un desequilibrio? ¿Tengo palpitaciones? ¿Estoy perturbado en el plano emocional? Poco importa la respuesta, no espero a estar enfermo para comprender y aceptar los cambios en mi vida. Me mantengo despierto, abro mi corazón a todo lo que es bueno para mí.
CORAZÓN – ANGINA DE PECHO
El corazón representa frecuentemente el motor o la máquina de mi sistema. Cuando doy demasiado amor (con una actitud de apego), puede que el corazón se canse de todas estas preocupaciones y que ya no sienta suficiente alegría en estas situaciones (de aquí el riego sanguíneo disminuido).
Si estoy en situación de angina, posiblemente tomo demasiado a pecho la vida y las cosas que hago y que me gustan. Mis inquietudes (tanto como mis alegrías) están exageradamente ampliadas: me irrito y me hieren fácilmente, vivo insatisfacción, tristeza o irritación con relación a una situación la cual, al final, no es tan grave. Puede que reciba una primera señal de alarma de mi cuerpo después de estos estados de ser: espasmos o dolor que perfora el corazón. Éste lanza un S.O.S. para que tome consciencia de los sentimientos que me habitan y del hecho que estoy de algún modo destruyéndome con mis pensamientos desacordes, poniendo en peligro mi armonía interior, y dándome “mala consciencia”.
Grandes alegrías pueden también traer crisis de angina porque, en este momento, el centro de energía del amor (el corazón) se abre más y puede activar la memoria de grandes penas que están presentes y así provocar una crisis de angina. Hago quizás mucho por obligación y no con alegría y placer. Así, deja la alegría de circular. Es como si prestase atención a los demás (su felicidad y sus dolencias) en vez de ocuparme de mi propio bienestar primero. Mi ego es tan presente y activo que está separado de la totalidad del ser, lo cual conlleva un bloqueo en el plano emocional. Es un aumento inconsciente de la estima de sí colocando casi exclusivamente la atención sobre los demás. Es el principio judeo-cristiano de la entrega por el sacrificio. Dar a los demás! Me vuelvo vulnerable y se manifiesta el miedo a abrirme a los que amo. “Ya nada me alcanza, pero empiezan los dolores!” Espasmos, puntos en el corazón, extremidades frías (manos y pies). Mi cuerpo me advierte seriamente que algo va mal (este aviso se reconoce mejor generalmente en el plano metafísico–psíquico que físico). Inconscientemente puedo desear dejar la “vida terrestre” porque tengo la sensación de estar ahogado por las preocupaciones y que no sé cómo salirme, pero el tiempo no necesariamente ha llegado! ¿Qué temo, en el fondo? La vida es un intercambio continuo. Doy tanto como recibo, como la contracción y la dilatación de los vasos sanguíneos, sino vivo un desequilibrio y mi atención debe volver a este equilibrio necesario a una vida sana.
Es un proceso fundamental en la existencia humana porque soy un ser divino que debe expresarse en este equilibrio. Mi toma de consciencia es ésta: Dejo de tomar la vida en serio y me mantengo abierto!. Es fácil porque no tengo ganas de morir sino que tengo ganas de vivir, de abrirme al amor y dejar cualquier lucha de poder. Pongo mi atención sobre los aspectos hermosos de la vida.
Aprendo a amarme tal como soy: mi energía vital podrá así volver a la vida.
Son los primeros pasos hacía un restablecimiento serio de esta enfermedad.
Un último punto que recalcar: vigilar todas las expresiones vinculadas con el corazón: “un corazón de piedra, un corazón duro, no tiene corazón, es un sin corazón”, etc. Cada expresión es la indicación de que sucede algo que merece mi atención…
Extraído: Diccionario de las enfermedades.
Es un proceso fundamental en la existencia humana porque soy un ser divino que debe expresarse en este equilibrio. Mi toma de consciencia es ésta: Dejo de tomar la vida en serio y me mantengo abierto!. Es fácil porque no tengo ganas de morir sino que tengo ganas de vivir, de abrirme al amor y dejar cualquier lucha de poder. Pongo mi atención sobre los aspectos hermosos de la vida.
Aprendo a amarme tal como soy: mi energía vital podrá así volver a la vida.
Son los primeros pasos hacía un restablecimiento serio de esta enfermedad.
Un último punto que recalcar: vigilar todas las expresiones vinculadas con el corazón: “un corazón de piedra, un corazón duro, no tiene corazón, es un sin corazón”, etc. Cada expresión es la indicación de que sucede algo que merece mi atención…
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