El pescador satisfecho
(Anthony de Mello)
El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vió a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.
“¿Por qué no has salido a pescar?”, le preguntó el industrial.
“porque ya he pescado bastante por hoy”, respondió el pescador.
“¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?”, insistió el industrial.
“¿Y qué iba a hacer con ello?”, preguntó a su vez el pescador.
“Ganarías más dinero”, fue la respuesta. “De este modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que podrías obtener más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas...y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo”.
“¿Y qué haría entonces?”, preguntó de nuevo el pescador.
“Podrías sentarte y disfrutar de la vida”, respondió el industrial.
“¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso instante?”, respondió el satisfecho pescador.
“¿Por qué no has salido a pescar?”, le preguntó el industrial.
“porque ya he pescado bastante por hoy”, respondió el pescador.
“¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?”, insistió el industrial.
“¿Y qué iba a hacer con ello?”, preguntó a su vez el pescador.
“Ganarías más dinero”, fue la respuesta. “De este modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que podrías obtener más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas...y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo”.
“¿Y qué haría entonces?”, preguntó de nuevo el pescador.
“Podrías sentarte y disfrutar de la vida”, respondió el industrial.
“¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso instante?”, respondió el satisfecho pescador.
Es más acertado conservar intacta la capacidad de disfrutar que ganar un montón de dinero.
Ángel e Isabel
Ostrasm recuerdo haberlo leído hace ya mucho tiempo y ha sido fantástico recordarlo. Nos olvidamos de disfrutar en muchas ocasiones de todas esas cosas que dan la verdadera felicidad por ganar más dinero. Nos olvidamos de vivir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por la entrada
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarGracias a ti,
Lo reencontré hace un par de semanas a través de una amiga y no quería quedarme con las ganas de compartirlo, puesto que como dices es muy importante que nos demos cuenta que la felicidad no consiste en tener más dinero.
La verdadera felicidad está en los pequeños detalles de la vida. Es algo que creo todos sabemos... pero que muchos olvidan fácilmente.
Un Gran Abrazo.
Un abrazo